
Un proyecto de ordenanza que busca habilitar y regular las ferias, showrooms y ventas de garaje abrió un debate en Plottier entre comerciantes tradicionales y feriantes que defienden su forma de trabajo.
La iniciativa apunta a dar un marco normativo a una práctica que creció en los últimos años impulsada por la crisis económica y la falta de empleo formal. Sin embargo, el proyecto divide opiniones en la ciudad.
Desde la Cámara de Comercio local y la Federación de Entidades Empresarias de Neuquén (FEEN), su presidente Fernando Zurita advirtió que la medida podría “legitimar la competencia desleal”.
“Nosotros no tenemos problema en que la gente venda pero deben hacerlo con las mismas obligaciones que cualquier comercio habilitado: pagar ingresos brutos, licencias y controles municipales”, sostuvo.
Zurita señaló que los locales formales enfrentan alquileres, impuestos y normas sanitarias que no se aplican a las ferias lo que genera inequidad en los costos y afecta las ventas en el centro comercial.
Por su parte los feriantes respondieron que trabajan en un espacio privado y que contaban con el visto bueno del municipio para funcionar allí. Aseguran que no ocupan la vía pública ni generan conflictos urbanos y que solo buscan sostener sus ingresos familiares.
“Cumplimos con lo que el municipio nos había pedido. Solo queremos seguir trabajando tranquilos y con reglas claras”, expresaron.
Mientras el Concejo Deliberante analiza la propuesta el tema instaló un debate más amplio sobre cómo equilibrar la formalidad, la equidad y la inclusión económica en una ciudad donde el comercio informal crece como respuesta a la crisis.
